El pedido surge dentro de las investigaciones que se llevan por la presunta comisión de los delitos contra la inviolabilidad del secreto y la intimidad. Lo anterior con fundamento en la declaratoria de rebeldía en firme dispuesta por el magistrado de garantías Jerónimo Mejía, a solicitud del magistrado fiscal Harry Díaz, en audiencia celebrada el pasado 11 de diciembre de 2015, por una evidente desatención al proceso por parte del imputado, que se encuentra fuera del país.
Asimismo, el Pleno decidió desestimar la Advertencia de Inconstitucionalidad interpuesta en el acto de audiencia por el abogado defensor Sidney Sittón, en base al artículo 206 de la Constitución Política, que refiere que solo se presentará una advertencia por instancia. De igual forma se desestimaron las solicitudes de aprehensión y conducción, en base a que el análisis era lo referente a la posibilidad de la detención preventiva por la declaratoria de rebeldía.
Durante la audiencia, el magistrado fiscal Harry Díaz, así como los abogados querellantes y víctimas sustentaron sus peticiones, todas dirigidas a la autorización de la detención provisional y su extradición a Panamá para hacerlo comparecer al proceso. Por su parte, los abogados defensores fueron enfáticos en señalar que no puede haber audiencia de acusación sin imputación, por lo que solicitaron el rechazo del pedido de detención de su defendido, argumento que fue reforzado con mención de varios fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Asimismo, la defensa interpuso en la audiencia una Advertencia de Inconstitucionalidad del artículo 490 del Código de Procedimiento Penal, referente a medidas cautelares.
Martinelli: “no me inclinaré ante el verdugo”
En una carta pública el expresidente expone que todo es una farsa montada por el gobierno de Varela y expone:
“Seguiré enfrentando en plano nacional, todos los procesos amañados que se levanten en mi contra, haciendo uso de todas las herramientas legales que mi permita la ley, la constitución y los convenios internacionales, a sabiendas que serán ignoradas en el Estado salvaje que hoy impera en Panamá. Cumplida la etapa interna recurriré a la esfera de los organismos internacionales que tutelan y defienden los derechos humanos, confiados que ellos me darán la justicia que hoy se me niega en mi país.
Asumo con la frente en alto, las consecuencias de mi decisión de servirle al pueblo y no a los tradicionales intereses políticos y económicos; sin embargo, no me inclinaré ante el verdugo”.